Las Campanas: el sonido que nos reúne
Hay sonidos que parecen venir de otro tiempo.
Que atraviesan el aire sin pedir permiso y se meten en uno, como quien entra en casa sin golpear.
Las campanas tienen esa rara virtud.
Cuando suenan, no vibra sólo el bronce: nos hace vibrar a nosotros y también la memoria de un barrio.
Ese barrio de gente que reconoce un sonido sin necesidad de mirar la hora.
El eco de una campana puede cruzar techos, plazas, árboles y rincones, pero también cruza la vida: une, acompaña, despierta, consuela.
Un oficio que más que oficio, era encuentro
Los viejos campaneros solían decir que “una campana no se toca: se conversa con ella”.
Y tenían razón.
Voltearla no era tirar de una soga, sino seguir un ritmo que mezclaba fuerza, cuerpo y alma.
El sonido se abría en el aire como un mensaje.
Para algunos, una oración.
Para otros, una invitación.
Para el barrio, la señal de que algo estaba por suceder.
De dónde vienen no importa tanto como lo que provocan
Alguna vez fueron pequeñas campanillas en pueblos lejanos.
Con el tiempo crecieron, viajaron y se convirtieron en herramientas de reunión, de alerta y de celebración.
Pero más allá de fechas y orígenes, lo verdaderamente importante es lo que despiertan en quien las escucha.
Porque cada campana, grande o chica, guarda dentro de sí la historia de la gente que se detuvo un instante para oírla.
Cuando llega diciembre, suenan distinto
Hay un momento del año en que el sonido de una campana se vuelve más suave, más luminoso.
Quizás sea diciembre. Quizás sea la memoria.
Antiguamente se creía que espantaban lo malo y en parte puede que así sea; pero además, hoy muchos sentimos que llaman a lo bueno.
Las campanas de Navidad no sólo anuncian una fiesta: anuncian un abrazo que se acerca, una mesa que se arma, un deseo compartido.
Son pequeñas luces sonoras que nos recuerdan que vale la pena reunirnos, agradecer, esperar.
El lenguaje que todos entendemos
No hace falta saber técnica.
Un repique rápido alegra.
Un doblar lento aprieta el pecho.
Un toque suave anuncia calma o una hora especial.
Ese idioma sin palabras lo entienden vecinos, chicos, abuelos, recién llegados.
Porque las campanas hablan de cosas que todos conocemos:
la vida en comunidad, lo que se celebra juntos, lo que se llora acompañado, lo que no queremos olvidar.
Lo que queda
Las ciudades cambian, los barrios crecen, las costumbres se transforman.
Pero cuando una campana suena, algo se ordena. Algo vuelve a su lugar.
Tal vez sea eso lo que más necesitamos: un sonido que recuerde que seguimos siendo parte de algo.
Que, por encima del ruido moderno, todavía hay un eco capaz de reunirnos.
Y que, mientras una campana suene en algún rincón, siempre habrá un motivo para detenerse un instante, respirar hondo y sentirse un poco más cerca.
El sonido de un barrio
Cada barrio tiene un sonido que lo identifica.
A veces es la bicicleta que frena, el silbido de un vecino o la radio que se escapa desde una cocina abierta.
Y en muchos pueblos, todavía hoy, hay un sonido que llega desde arriba: el repique de una campana.
Ese eco que atraviesa las calles no es ruido: es pertenencia.
Es señal de que algo pasa: una fiesta, una procesión, un día especial…
o simplemente una hora que merece ser nombrada.
En Mi barrio es… celebramos esas cosas que parecen pequeñas pero sostienen la vida de un pueblo.
En algunos barrios, el perfume del tilo; en otros, el sonido del tren; en otros, el afilador con su silbato.
Cada barrio tiene algo que lo caracteriza.
Y cuando aún hay campanas, cada vez que suenan nos devuelven imágenes:
las de quienes crecimos escuchándolas,
las de quienes esperaban su repique,
las de quienes volvieron después de años y, al oírlas, sintieron que regresaban a sí mismos.
Tal vez por eso, cuando una campana suena —estemos donde estemos—
algo del barrio vuelve a nosotros.
Y eso, al fin y al cabo, es lo que nos hace comunidad.
Un recuerdo que vuelve
Yo nací y me crié en Bernal, partido de Quilmes, y a pocas cuadras de mi casa estaba la iglesia Santa Coloma, donde Luisito, el vecino de todos, era monaguillo y encargado de hacer sonar la campana.
Luisito también era pescador.
Una vez por semana arrastraba su carro a pie, lleno de pescado cubierto con hielo, y recorría las calles gritando “¡pescadoooo!” que se escuchaba desde lejos.
La gente salía a la puerta antes de que él tocara el timbre.
Hoy, cada vez que escucho una campana, lo recuerdo en la iglesia tirando de la cuerda, en ese bronce que bajaba y subía, en el eco llenando el barrio.
Y me hubiera encantado preguntarle qué sentía en ese instante: si lo vivía como una tarea, como un honor, o como algo que simplemente formaba parte de su día. Quizá sentía mucho más que eso, tal vez difícilmente de transmitir con palabras.

Pero Luisito ya no está. Y quizá por eso —entre otras razones— me es tan valioso construir este libro vivo, comunitario y participativo.
Porque los testimonios (como las recetas) que no se registran se van con la gente.
Y los que sí quedan, acompañan a quienes vienen después.
Lo que hoy contamos, lo que alguien se toma un momento para narrar, lo que un vecino recuerda y comparte, puede convertirse mañana en una memoria que sigue respirando.
Tal vez por eso escribimos, fotografiamos, reunimos historias: para que ninguna campana suene en vano.
Por ReCreo Club
Agradecemos la colaboración de:
Profesionales
- Abogada Mariana Funes Siri (Tigre)
- Siri Inmobiliaria (Tigre)
- Medicina China Dr. Carlos Muggeri (Don Torcuato)
- Reiki, Santiago Piscitelli (Olivos)
Comercios Varios
- ChocoLucua (Tigre & Florida)
- Casa Grande Artículos de Limpieza (Martínez)
- Navarra Distribuidora (Florida)
- Neonico, Carteles de Neón, Led & Chapas Vintage (José León Suárez)
- Abundancia, Frutas & Verduras (Tigre)
Automotor & Náutica
- Taller Electromecánico Petrei & Foglia (Tigre)
- Mecánica integral Boxes (Tigre)
- Guardería Náutica Anahí (Tigre)
Restaurantes & Heladerías
- El Nono Restaurante (Tigre)
- El Retoño, Casa de Té (Uribelarrea)
- Pueblo Escondido, Restaurante & Salumería (Uribelarrea)
Hospedajes
Servicios Varios
Si querés saber más sobre campanas, hacé click en el siguiente link: Campanas Navideñas