El Silencio es Salud … ¿Siempre?

Difundilo con amor

 

El silencio: entre el amor y la crueldad

Reflexiones abiertas sobre lo que callamos y lo que expresamos sin palabras

En reCreo Club creemos que la comunicación es un espacio de ida y vuelta. Por eso, más que traer una conclusión, compartimos un punto de partida, una reflexión abierta que invita a la comunidad a expresarse, a sumar su mirada y a descubrir juntos nuevas formas de comprender.

En esta ocasión, el tema que presentamos es el silencio y aquí va nuestra opinión. ¿Te animás a compartir tu forma de sentirlo?

 


Distintas versiones del silencio

El silencio no siempre significa lo mismo. Puede ser un acto de amor, de escucha, de presencia: cuando damos espacio a otro para que descubra por sí mismo una respuesta, sin robarle con explicaciones ese instante sublime de aprendizaje.

Pero también puede ser cruel. Hay silencios que por indiferencia generan vacío y soledad. Y hay otros que, al callar frente a lo injusto, se convierten en un aval del daño.


 

Los ojos también hablan

El silencio no solo está en las palabras no dichas: también en las miradas que esconden, en sonrisas que buscan aliados, en gestos que parecen neutros pero cargan intenciones. Todo en silencio… y, sin embargo, se percibe con claridad.

No hace falta señalarlo: se siente. Y, aunque incomode, puede servirnos de recordatorio de cómo esas actitudes afectan la dinámica de un grupo y limitan también el propio crecimiento.


 

El silencio que transforma

El verdadero silencio no es ausencia de ruido, sino quietud interior. Una pausa activa que invita a mirarnos con honestidad y reconocer qué parte de nosotros necesita transformarse.

Hay silencios que iluminan: los que acompañan sin invadir, los que transmiten respeto, los que permiten aprender. Y hay silencios que duelen: los que enfrían, aíslan o retrasan el encuentro con uno mismo.


 

Elegir cómo reaccionar

La diferencia está en cómo respondemos frente a lo que nos incomoda de los demás. Algunos lo toman como espejo y se preguntan qué pueden aprender; otros lo viven como amenaza y se cierran aún más.

Eso pasa en todos los ámbitos:

  • En una relación de pareja, cuando la luz del otro nos inspira o nos molesta.
  • En una charla familiar o entre amigos, donde a veces se esconden juicios detrás de risas o silencios.
  • En un taller o en un curso, donde para algunos la diferencia los incentiva a crecer y otros se resisten a ella.
  • En el trabajo, cuando en lugar de inspirarnos en el talento de un compañero, lo vivimos como competencia.

 

Crecer sin medir la altura de los demás

Se trata de dejar de compararnos y encontrar nuestra propia manera de crecer. No para imponernos, sino para ser más auténticos, más plenos y más nosotros mismos.


 

Un recordatorio necesario

El objetivo no es juzgar ni culpar. Todos, en distintos momentos, hemos habitado tanto el lado luminoso como el oscuro. Quien hoy no brilla, mañana puede ser faro; y quien hoy ilumina, también ha conocido sus sombras. Porque, al final, lo que no se dice… igual se ve.


 

Un silencio que se comparte

✍️ Esta reflexión no está cerrada, ni lo estará. Tampoco tendremos conclusiones definitivas, pero quizá lo valioso sea poder decir y compartir la versión que cada uno vive. Porque al expresarlo, además de enriquecernos, damos la posibilidad de que alguien más lo reciba, lo haga propio y juntos hagamos crecer esta mirada colectiva.

Por Revista Ku


 

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