📺 Oblio: el niño sin punta que nos enseñó a ser diferentes
Lo que fuimos sigue latiendo. En cada recuerdo, nos reencontramos con lo mejor de nosotros mismos.
✨ Nuestra infancia
Hubo un tiempo en el que bastaba una tarde, un sillón y la tele encendida para vivir una historia que nos marcaría para siempre. No hacía falta verla mil veces. Con una sola vez alcanzaba. Y así fue con Oblio.
Oblio no era un personaje de moda, no tenía merchandising, ni una serie de capítulos. Fue un dibujo animado emitido una sola vez en la televisión argentina, tal vez a principios de los años 80, quizás en Canal 7. Y sin embargo, quienes lo vimos, lo llevamos adentro como un tatuaje invisible.
Oblio vivía en un mundo donde todo tenía punta. Literalmente: las casas, los árboles… y también las personas. Menos él. Oblio nació con la cabeza redonda. Por eso, fue considerado una amenaza. Su sola existencia desafiaba las reglas del reino.
🌳 Expulsado por ser distinto
Oblio y su fiel perro, Arrow, son desterrados al Bosque Sin Sentido. Pero ahí ocurre lo inesperado: entre los árboles torcidos, los hongos parlantes y los caminos imposibles, Oblio descubre que todo, incluso lo que no tiene punta, tiene un sentido.
Y entonces lo entendemos: no es una historia infantil. Es un relato profundo sobre la diferencia, la identidad, la exclusión, la búsqueda del propio valor.
Lo que parecía una rareza se vuelve virtud. Oblio vuelve transformado. Y quienes lo expulsaron, también cambian al verlo regresar. Porque ser distinto no es un defecto. Es una forma de existir.
🎶 Una historia con música y alma
Lo que tal vez no sabíamos de chicos es que “Oblio” (The Point!) fue creado por Harry Nilsson en 1971, músico y compositor que trabajó con grandes como John Lennon y Ringo Starr. La versión original fue narrada por Dustin Hoffman, aunque luego tuvo voces como la de Ringo.
La animación fue dirigida por Fred Wolf. Y en América Latina, llegó doblada, con una música envolvente y una estética lisérgica, casi onírica.
Era una fábula con canciones dulces, narración suave y estética simple. Pero cargada de emoción y de sentido. Como esos cuentos que parecen para chicos, pero son para todos.
💫 Cuando lo diferente nos salvó
Quienes lo vieron lo recuerdan con una emoción que no se apaga. Era más que un dibujo: era un mensaje, justo en ese momento de la vida en que empezamos a notar que hay reglas que no nos incluyen, que hay formas de ser que no encajan… y que está bien.
Oblio nos enseñó que el sentido no está en la forma, sino en la esencia. Que lo que parece no tener “punta” puede tener propósito, sensibilidad, valor.
❤️ Vos también lo viste… ¿lo recordás?
Muchos lo buscan desde entonces. A veces sin saber cómo se llamaba. “El dibujo del nene con la cabeza redonda”, dicen. Como si eso bastara para que otros también lo recuerden.
¿lo viste?
Contanos cómo fue ese momento ¿Lo recordás con ternura, con intriga, con emoción?
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